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en el fondo se intuye la silueta de Alfred Hitchcock
Unos ojos de Galgo algo inquietantes, muy cerca

La Balada de Mick the Miller

¿Qué ocurriría si a la insensatez la diese por reunir en un árido cruce de caminos al Diablo, Mick the Miller, Hitchcock y Howling Wolf…?

DE QUÉ VA

El cadáver de Albert de Courville, genuino y prolijo director de cine de los años 30, aparece en una playa recóndita, días después de que robaran, de camino al laboratorio, la bobina de su última película, “Wild Boy”, basada en la vida de Mick the Miller, el galgo de carreras más famoso de la Historia. Por aquel entonces, en Gainsburough Studios, rodaba también un incipiente Alfred Hitchcock que, ofuscado por la codicia, trapichea con Mefistófeles, encarnado por el Padre Brophy, a su vez dueño y mentor de Mick, para alcanzar la Celebridad.

La Balada de Mick the Miller es, en esencia, una maldición sagrada que desenmascara la siniestra ilógica del Éxito que tanto veneramos y, por el cual, en mejor o peor medida, estamos dispuestos a prostituirnos cuando nadie nos mira.

Como dijo Shakespeare en aquel blues...

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La cinta extraviada emprenderá un periplo que surcará diversas de las escenas más icónicas de la galaxia Hitchcockiana, para desvelar al espectador los intestinos del crimen, y dilucidar que no hay paraíso sin pecado, ni averno sin virtud. Que nos debemos también a nuestras catacumbas... Que la Luz necesita la Tiniebla...

Padre Brophy

“Hell is empty and all the devils are here...”

Reja de una celda
al fondo, las rejas de una celda
fondo de una pantalla de proyección

El Galgo Afónico insiste, y sigue fagocitando estereotipos, con una sorpresa escénica que escarba y reivindica el infierno que nos inspira.

Una propuesta críptica que homenajea al blues deltaico, a un hito irrepetible de los canódromos, y al talento sincrético de un genio del séptimo arte que ofrenda su alma al Maligno para inmortalizar su filmografía. 

Un cuervo posado pero en movimiento observa la pagina que lees

CÓMO ES

En este falso documental teatralizado, este batiburrillo delirante de personajes reales desfasados, cuatro músicos (el Padre Brophy y tres bluesmen diabólicos) interpretan, desde el “hades” del escenario, un concierto inusitado que explora el enigmático repertorio del maestro del Blues, Howling Wolf.

Una irreverente vuelta de tuerca, una oda al McGuffin (excusa argumental del suspense que nos legó “Hitch”), en la que, para desgranar la trama, se proyectan viñetas inspiradas en sus extraordinarios storyboards, amenizadas con audios profanados de su reconocida serie “Alfred Hitchcock presents”, pero emponzoñadas audiovisualmente por la biografía maldita de un Galgo universal.

unas rejas de una celda
viñeta de cómic de escena de la película Ventana indiscreta de Alfred Hitchcock

EQUIPO

Creación: El Galgo AfónicoLAB.

Performance: Israel Sanz, Joan Redondo, Josep Lluís Redondo y Abraham Creus.

Música: Howlin' Wolf / Chicho Sánchez Ferlosio / Charles Gounod / El Galgo AfónicoLAB.

Video-remontaje material archivo: Tacto Sonoro.

Diseño de sonido: Tacto Sonoro.

Coordinación equipo ilustradores: Damián, Pedro Adamuz.

Ilustradores: Miguel Hernández, Rose T. Villalobos, Alicia Grande.

Diseño de material gráfico: Oriol Puigbó.

Dossier / Ficha técnica

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